miércoles, 20 de abril de 2011

ELIMINANDO BARRERAS POR RAMON ERNESTO BENAVIDES PORTILLA

ELIMINANDO BARRERAS.
POR RAMÓN ERNESTO BENAVIDES PORTILLA.

LA DISCAPACIDAD EN LA ACTUALIDAD


Vivimos en un entorno socio-cultural caracterizado por la subestimación y la sobreprotección al discapacitado, por la marginación, la discriminación y la exclusión. Este espacio todavía (a pesar de los avances legislativos) prevaleciente. Requiere de una progresiva y profunda transformación de ese entorno socio-cultural. Eso no lo podrán cambiar las leyes, por si solas, por buenas que sean. Muchos factores intervienen e intervendrán en ese cambio; uno de los cuales será el rol de las mismas personas con discapacidad, y la actitud que tengamos para con ellos.

ALGUNOS CONCEPTOS NECESARIOS


Para denominar a las personas con discapacidad, comúnmente, se utilizan una serie de palabras que, más allá de su imprecisión, están cargadas de un pesado fardo de subjetividad subestimativa. Etiquetados de "minusválidos", "discapacitados" ahora, y de "lisiados", “disminuidos”, “anormales”, “tuertos”, “mongólicos”, "inválidos", etc.


PERSPECTIVA HISTORICA DE LA DISCAPACIDAD


A lo largo de la historia humana, la discapacidad, en sus diversas manifestaciones ha sido objeto de discriminación. Como bien lo señala, Ramón Puig de la Bellacasa "El problema de las personas con deficiencias podría decirse que no ha sido la falta de integración, sino precisamente el exceso de integración; puesto que siempre tuvieron su sitio marcado, y cuando el individuo e, incluso, los individuos o los grupos fueron consiguiendo mayor grado de autonomía, de autodeterminación y de movilidad social, ellos siguieron conservando el puesto asignado, la plaza permanente entre los atípicos y los pobres, la doble marginación: orgánico inferiores de las sociedades del Medioevo, del Renacimiento y de las Épocas Moderna y Contemporánea. No había más horizonte que la dependencia y el sometimiento a todos estos dejamenes de rechazo como si las personas en condición de discapacidad tuvieran la responsabilidad, de la marginación y pobreza, como si, fueran sello de discriminación por los GOBIERNOS, de turno. Estos ha la vez se lavan las manos como PILATOS, y así justifican sus irresponsabilidades con estos sectores minoritarios que sufren y cargan con la crus de la indiferencia de las administraciones inoperantes.


En algunas sociedades de la Antigüedad, el destino de las personas con discapacidad era la muerte Era normal el infanticidio cuando se observaban anormalidades en los niños y niñas. En la Esparta de Licurgo, las leyes permitían el despeñamiento de los débiles y los deformes desde el Monte Taigeto. En la Roma Imperial, asimismo, la Roca Tarpeia cumplía igual propósito con los niños y los inválidos congénitos y ancianos. Tal sacrificio selectivo encontró eco, en el siglo XX, en el nazismo y sus cámaras de gas.


Con el advenimiento del cristianismo, el rechazo social que podría llevar a la persona deforme o "lisiada" al despeñadero de la muerte, evoluciona hacia ciertas formas lograban sobrevivir y alcanzaban la adultez, era la mendicidad, el asilo de la Iglesia, cuando no la feria y el círculo de bufones. Aunque a veces se alienta a atribuirles el origen de cualquier suceso sobrenatural y se les denominan “endemoniados o endemoniadas”,


Por parte de los poderes civiles y religiosos; se les confundía con locos, herejes, embrujados, delincuentes, vagos o seres prostituidos
A lo largo del siglo XX, las personas con discapacidad todavía son rechazadas. Es conocido que, en la época nazi, fueron otras de las víctimas del holocausto. En Suecia, hasta mediados de los años 70, se esterilizaba a las personas con discapacidad, incluso, sin su consentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario