miércoles, 20 de abril de 2011

LAS CUATRO ESTACIONES DEL AMOR

Cuando sus delicados pétalos abren sus alas rojas, desnudan su corazón y dejan volar el alma de tal forma que el paisaje se llene de jardines; Sus múltiples colores serpenteados parecen arco iris, destellantes mariposas; en este invisible universo resalta hermosa, la tierna primavera, que junto a su frescura florece hálitos de amor.

El sol en las alturas deseoso de volar corriendo entre montañas, acaba de llegar mezclado en la aurora y el rocío. Quedó sorprendido en la mañana, suavemente sonrió, abrazó la primavera y en un beso se fundieron sus miradas, se perdieron en el fuego del amor; sus corazones sintieron el palpitar encendido en cada poro de su piel y cada vez más sus suspiros eran testigos del amor apasionado que entre sol y primavera se fundieron sin temor.

Lo inesperado llegó, sus hojas lentamente caían. Los jardines se perdieron en la noche, sus rosas rojas perdieron su esplendor; el arco iris rompió sus alas y cayó en la distancia en medio de la selva.

La tarde se arropó de llanto, sus ojos en lagrimas perdió su encanto; sus labios pálidos y fríos no quisieron responderle al amor; la pesada neblina tormentosa dejo caer sus brazos sin aliento; su rostro triste y desvelado perdió la esencia de su flor.

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