miércoles, 20 de abril de 2011

ELIMINANDO BARRERAS POR RAMON ERNESTO BENAVIDES PORTILLA

ELIMINANDO BARRERAS.
POR RAMÓN ERNESTO BENAVIDES PORTILLA.


La mendicidad un estilo real de sobrevivir cuando las condiciones físicas o psicológicas están totalmente deterioradas por falta de salubridad lo que deteriora la calidad de vida. El otro sistema es aquel proceso previamente planificado por los estafadores profesionales los cuales realizan un estudio de mercado en donde sus estrategias, alcancen sus fines sin importar los medios o trampas para pescar incautos.


POPAYÁN no es la excepción, es una de las plazas favoritas para quienes les gusta vivir de mercado en mercado de ciudad en ciudad, así logran sus objetivos delincuenciales.


Para justificar lo antes expresado, me apoyaré en algunos ejemplos:


1. Una fundación procedente de Medellín legalmente constituida, cuyos miembros estaban dedicados a la mendicidad, aduciendo ser sordos a la vez reclutando más personal de otras ciudades con la misma condición; lo que puso en alerta a nuestros compatriotas, quienes fueron tentados a ingresar a dicha FUNDACIÓN, lo que no contaban es que ellos tienen un sistema de comunicación que de inmediato los pone alerta cuando el peligro los acecha; no sin antes de obtener alguna información de suma importancia, hasta el punto de descubrir entre los viajantes una sorda menor de edad la cual había sido sonsacada de su casa en la ciudad de BOGOTÁ, meces atrás y gracias al número del celular se pudo comunicar con su mamá quien manifestó su complacencia y dispuso todos los medios para que su hija regresara a casa; los demás desaparecieron como por arte de magia.


2. Otro hecho que llama la atención es una organización la cual sus directivas se rasgan las vestiduras pregonando a los mil vientos, de las obras realizadas a favor de los más pobres , desprotegidos, mendecatos y hasta orates etc, se proclaman como los ADALIF, de las buenas obras humanas sin tacha alguna; sin embargo todos ellos coinciden, en que son utilizados de manera frecuente en presuntas fechorías dolosas, cuyos beneficios son netamente particulares; es más se consideran víctimas de maltrato y de manera déspota e intimidante cuando les exigen las cuentas de los recursos materiales y económicos que llegan a dicha organización.

3. Otro suceso a resaltar es cada SEMANA SANTA, un grupo de hombres y mujeres con discapacidad física en sillas de ruedas debidamente uniformados recorren las calles de nuestra ciudad pidiendo limosna; pero lo más llamativo es que se hospedan en uno de los mejores hoteles, sin importarles el costo económico; seguramente el negocio de la mendicidad deja buenos dividendos al de la sonrisa malévola o amo; delincuente que acecha a los incautos, transeúntes a través de sus esclavos.


Con esto no quiero decir que estoy en contra de las personas que por necesidad tienen que recurrir a los buenos corazones dignos del reconocimiento altruista y solidario por sus semejantes, ellos merecen todo el aprecio sincero. Pero si sería importante que a estos delincuentes profesionales de la mendicidad les caiga todo el peso de la ley por explotar a personas humildes seres humanos.

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